En postura horizontal decadente,
la veleta del respeto delira
porque el viento nunca sopla en pendiente
y es el dedo del humano quien gira
con macabra voluntad esta flecha
que Natura con orgullo mecía.
Hoy en día, en cada objeto, una brecha
funcional se convierte en mercancía.
Tortura cultural del consumismo
que admite a humano ahondando en su locura
tragándose señales del destino
por logo de una nueva droga dura.
También mi pulmón izquierdo supura:
se va hundiendo mi voz hacia el ombligo...