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jueves, 11 de noviembre de 2010

Tierra Sin Título


Me digo: si nadie, mucho menos tú,
que arranque a esta tierra del coma,
se puede saltar el tabú
más grande que el propio idioma...
¿Cómo hablar a España, hoy?
Si quiero hablar de todos los
que usan la Lengua Madre
parece que aún alabe
las glorias de la conquista.
(Perdón, América, inmerecida hermana,
lo siento con la lengua y con la vista
devastadora que arrasó en nombre de Dios.)
Si quiero hablar de España hoy...
(de un cachito de tierra: Península Ibérica)
...me quedo en un puzle
y rechazan mi abrazo
los que huyen del bucle infinitesimal
de codicia del Gobierno Central.
Si quiero hablar de España hoy,
que es la estela de Europa...
(¿y qué me importa a mí, si a las estrellas
se les pide el deseo por la cola?)
...Si quiero hablar de España
sin prejuicios ni epicentro,
veo un pueblo manco,
a falta de izquierda después de Franco
(quien puso sobre el dios sol,
entre barras de sangre,
el águila Imperial por símbolo
de nuestras alas cautivas).
Si quiero hablar de España,
¿puedo? sin referirme a la Iglesia,
banderas o reyes o guerras o leyes
o sangre, nobleza, patriotas, fronteras...
¿puedo?, repito.
Mi patria es incapaz de dar cobijo
a toda la vida que nutre su suelo.
Son listos, han acallado el grito,
el único consuelo sin vicio:
EL PUEBLO UNIDO
JAMÁS SERÁ VENCIDO.
Es cierto, me digo: y morimos...

viernes, 5 de noviembre de 2010

PANTERA

He pintado a la fiera de negro
y resultó el luto una reverencia al depredador:
La noche temporal en la piel resalta
dos brillos de agua
que resbalan
desde el blanco de dos lunas llenas
hasta el blanco de colmillos fugaces.
La pena es una estrella en la mejilla.
Se curva el horizonte en su columna vertebral,
se inclina el infinito hacia la oscura tierra
y resbala
un río hacia la fosa del océano oscuro
cavada por la huella del peso de la garra.
Simplemente llora la noche del mundo
.
La pantera es mi noche del mundo.
Se ha inclinado el animal
por deslizar suave una lágrima en la hierba
y los párpados del cielo se han alzado
desafiando el sol
a la pupila de la noche.
Se miran a los ojos dos tiempos
.
El blanco y el negro del miedo y el alba.
Estruja la tierra esa garra,
y el mundo le duele.
Se clava firme y tensa por correr libre y veloz.
El tinte negro al fuego
del día se hará oro.