Perdida en el monólogo de mi soledad,
con este llanto análogo a la cobardía,
Fundida ante el astrólogo del bienestar,
al margen del catálogo de lencería,
Hervida en el epílogo de Peter Pan,
en este juego ilógico de cacería.
Confusa ante el metrónomo de un tango errante,
la aguja del barómetro me tacha de difusa,
sin prisa por el sexo de un autónomo elegante,
ni ganas de misa, de ninfa o de musa.
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