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miércoles, 4 de agosto de 2010

Carta

¿Qué se hace con tanto sentimiento cuando no hay destinatario, nena? Me abruma, me tiemblan las entrañas y el cerebro se ha dormido. ¿Quién gobierna en el reino de mi cuerpo? Y sobretodo... ¿dónde se acaba mi cuerpo, dónde están los límites si la piel ya no es frontera? Me siento con él. Me he ido hasta él. No existe ninguna ley racional que me convenza de que ya no estamos juntos.
Dicen que el tiempo cura, pero sería un crimen dejar que el tiempo asesino se convierta en arma blanca, y llene de vacío unos meses que, en realidad, en cada milímetro que recorre mi sangre, están jodidamente llenos de vida.
Todavía saltan chispas en cada roce de nuestra voz. Ahí se electrocute la máquina social que exige estabilidad a sus esclavos. Si el enamoramiento es biológico, cómo se le ocurre a la Universidad o al Trabajo pedir que, cada día, a la misma hora, tengamos el mismo gesto eficiente a pesar de la sobrecarga de hormonas, sentimiento o pena. La máquina no te deja enamorarte en paz.
No sé si querría estar con él para Siempre, igual que tampoco sé lo que me voy a poner mañana, pero ¿por qué no le puedo dar ahora a estos pensamientos un recipiente como su cuerpo para luego volver a beber de él? Ser agua y fluir hasta que se agote. También se secan los ríos y los embalses, y luego otro agua los llena, hermosa otra vez, y nadie le dice al cielo que es inestable y caprichoso. Son los ciclos de la vida, nena. Un sólo ciclo no es eterno, igual que puede no serlo él, pero si no se respetan no hay vida, ni mundo, ni infinito rodaje hasta el Todo.
Las personas no aceptan que las historias de amor se acaban igual que no aceptan la muerte, y por ello dejan de arriesgarse, dejan de dejarse Sentir.
Igual que uno es consecuente con sus decisiones, ¿no se debe serlo también con la emoción? Al igual que uno madura, piensa, evoluciona, y cambia de opinión de forma coherente, ¿no se puede aceptar también el cambio de emociones como algo natural, o incluso positivo? ¿Por Qué no puedo quererle hasta que deje de hacerlo? Temblar, sufrir, dudar, reír y llorar a deshora, aunque no sirva absolutamente para nada más que para Vivirlo.
Hasta que empiece el siguiente ciclo.
Hablemos o no hablemos, nena, vivo en él, porque se ha quedado en la música, en los abrazos y en el color verde, y yo estoy dejando que una energía destinada al contacto físico tan sólo haga temblar la Nada en el Universo.

3 comentarios:

  1. ultimamente pienso en cosas similares..el anhelo de sentimientos. saludos señorita.

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  2. Esta va para el batería que jamás mira a la cámara. Youtube: Majara-No Permito

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