Fui a verte, ayer noche. ¿A qué fui, si quise tocarte y no pude? Y quise explicarte, y no pude, y en el último intento de volverme intuición y filtrarme en tus pensamientos, te despertaste impulsado por los latidos de tu corazón, con miedo de todo y de cara a la muerte. Lo siento.
Os ví a cada uno de vosotros también, sin querer, y fue bello y terrorífico porque entenbdí que no podía comprenderos ni sabíais asumirme.
Empecé de pronto a debartirme con los límites del infinito, que acabaron estableciéndose en mis sábanas. "Te amo"- pensé. Y te toqué, y toqué mi cama, y respiré tranquila y no dije absolutamente nada, feliz por no perder mi cuerpo, ni el tuyo, ni el vuestro, por poder escribir letra por letra las gracias al olvido, e igualarme a tí en los besos y en miradas que confiesen lo incierto del mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario